“Somos lo que comemos” es más que un simple dicho para los casi 300 investigadores que acudieron a la 4ª Cumbre Mundial de Microbiota Intestinal para la Salud, que tuvo lugar el pasado fin de semana en Barcelona. Los expertos coinciden en que un tipo de dieta prolongada es la responsable de la composición microbiana del sistema gastrointestinal, y consideran este un hecho importante para la salud ya que muchas de las 20.000 funciones individuales atribuidas a los microbios intestinales están vinculadas con la digestión. Si el equilibrio se altera, puede dar lugar a enfermedades metabólicas, trastornos intestinales, funcionales e inflamatorios y otras enfermedades autoinmunitarias.

Empezando desde la lactancia, la microbiota intestinal de la madre afecta la composición microbiana de la leche materna, fundamental para el desarrollo de las bacterias necesarias en el bebé que le servirán para inmunizarse frente a distintas enfermedades. Incluso “recientes investigaciones in vitro revelaron que determinadas cepas bacterianas del ácido láctico obtenidas de la leche materna pueden inhibir la infección por VIH-1 al reforzar la protección de la mucosa del bebé frente al virus”, expuso durante el congreso la profesora Esther Jiménez, de la Universidad Complutense de Madrid.

El problema es que, cada vez más, estamos perdiendo microbios y bacterias intestinales debido a los malos hábitos alimenticios y al abuso de antibióticos.ConSalud.es, presente durante el evento, tuvo la oportunidad de hablar con Daniel McDonald, del American Gut Project, (una organización que pretende concienciar a la población sobre la alimentación y probióticos), quien expuso que la clave para mantener nuestra microbiota enriquecida es la alimentación más variada posible, sobre todo en cuanto a las verduras y hortalizas, pues aportarán la mayor diversidad de bacterias y microbios a nuestro sistema digestivo y nos hará más inmunes ante ciertas enfermedades.


LA MICROBIOTA Y EL CÁNCER DE COLON Y DE HÍGADO

Porque, precisamente, los investigadores que han acudido a Barcelona lo han hecho para demostrar que la microbiota tiene un efecto directo en, por ejemplo, el cáncer de colon y de hígado. Teniendo en cuenta que “solo un pequeño porcentaje de los pacientes son adecuados para someterse a procedimientos terapéuticos como el trasplante de hígado, con una media de supervivencia inferior a un año”, el profesorRobert Schwabe (de la Universidad de Columbia, Nueva York), propone el cuidado de las bacterias intestinales. Lo ha hecho presentando las conclusiones de su estudio en el que determina que “la interacción entre las bacterias intestinales y los receptores de las células hepáticas es uno de los principales factores que favorecen el desarrollo de cáncer hepático”.

En cuanto al cáncer colorrectal, el profesor Peer Bork, de la Universidad de Heidelberg, Alemania, al comparar en un estudio los datos fecales de los pacientes, demuestra que las características microbianas de las heces en pacientes con cáncer colorrectal eran completamente distintas a pacientes que solo padecían enfermedad inflamatoria intestinal. “Varias de las especies de bacterias que destacaban en las muestras fecales de los pacientes con cáncer colorrectal también formaban parte de la composición microbiana que encontramos en el entorno del tumor. Ahora estamos comenzando a investigar si fomentan el desarrollo de la enfermedad, o si desempeñan un papel causal”, expone el profesor.

EL BENEFICIO DE LOS PROBIÓTICOS EN CÁPSULAS O ALIMENTOS

También los investigadores han asociado la microbiota intestinal a patologías como el autismo y la Enfermedad de Crohn. Por eso, una de las vías de esperanza para los investigadores está puesta en los probióticos, es decir, microbios y bacterias vivos tanto en cápsulas como en alimentos (como los yogures). De hecho, la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) ha realizado una declaración consensuada entre varios expertos para definir y recomendar estos productos debido a su beneficio en la salud.

La 4ª Cumbre Mundial de Microbiota Intestinal para la Salud (“Gut Microbiota for Health” es un evento anual de la Sociedad Europea de Neurogastroenterología y Motilidad, a la que se le han ido uniendo la Sociedad Americana de Gastroenterología, la Organización Europea de Crohn y Colitis, la Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatológica y Nutrición y la Asociación Europea para el Estudio del Hígado. El Comité Científico de la misma lo preside el profesor Francisco Guarner, responsable de la unidad de Investigación del Sistema Digestivo del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.

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