J. S. LL. Antes de final de año se comercializará la nueva polipíldora cardiovascular, producida por Ferrer en su planta de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), y en la que se han invertido 22 millones de euros. Desarrollada con el CNIC, se presenta como el primer tratamiento que contiene en una única cápsula tres medicamentos para prevenir eventos cardiovasculares en pacientes que ya han sufrido un primer infarto de miocardio: atorvastatina, ácido acetilsalicílico y ramipril.
La atorvastatina es un fármaco de la familia de las estatinas conocido como inhibidor de la reductasa de la HMGCoA, una enzima encontrada en el tejido del hígado que juega un importante papel en la producción de colesterol. Por ello, está indicada para disminuir las cantidades de colesterol que se acumula en las paredes de las arterias, llegando a bloquear el flujo sanguíneo, lo que aumenta el riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular. El ácido acetilsalicílico, conocido popularmente como aspirina, pertenece a los salicilatos. Forma parte del tratamiento en personas con riesgo de formación de trombos sanguíneos, especialmente si ya han sufrido un infarto agudo de miocardio.
Por último, el ramipril se utiliza para pacientes con hipertensión. Pertenece a una clase de medicamentos llamados inhibidores de la enzima conversora de angiotensina (ECA). Funciona al disminuir ciertos productos químicos que oprimen los vasos sanguíneos, para que la sangre fluya y el corazón bombee de manera más eficiente.
Juntar estos tres medicamentos en una sola cápsula no es un proceso sencillo desde el punto de vista técnico, pero a partir de finales de año ya será una realidad. Su aparición simplifica y abarata el tratamiento, mejora la adherencia y reduce la incidencia de nuevos episodios cardiovasculares.
Este nuevo fármaco estará financiado por la Seguridad Social y su introducción en el mercado tiene, también, el objetivo de abordar los motivos por los que un porcentaje significativo de pacientes tratados farmacológicamente abandonan la medicación. Es un fenómeno que se produce especialmente en la población joven. A la edad se une que el 20% de las personas que sufren un infarto acaban teniendo depresión como consecuencia del episodio cardiovascular. Además, si la medicación es muy compleja favorece el abandono. El apoyo familiar también supone un aspecto clave para que el enfermo mantenga el tratamiento. El planteamiento era que el consumo diario y de por vida de un solo comprimido resulta más sencillo que tener que tomar tres. De esta manera, se podría mejorar el cumplimiento terapéutico por parte del paciente.