El objetivo es intentar repoblar la matriz de colágeno con las células propias del paciente

REDACCIÓN. En los últimos años se está avanzando mucho en el campo de las córneas artificiales. En la actualidad, las únicas que se utilizan a nivel clínico son las queratoprótesis hechas con materiales sintéticos plásticos con resultados aceptables y con las que ya se tiene gran experiencia. “Estas córneas únicamente se utilizan en casos en que los trasplantes no han funcionado o tengan una alteración de la superficie del ojo debido a enfermedades graves, como puede ser una quemadura o patologías inmunológicas o infecciosas graves”, afirma Juan Álvarez de Toledo, cirujano del Centro Oftalmólogo Barraquer.

Sin embargo, el reto está en lograr prótesis biológicas. Son córneas diseñadas en laboratorio a través de tejidos para que sean lo más parecidas posible a las humanas. El objetivo es intentar repoblar la matriz de colágeno con las células propias del paciente. Éstas son del epitelio, del estroma o de la matriz, que son los queratocitos, y de las células del endotelio, la capa interna de la córnea. “Si el paciente puede ser fuente de células todavía no lo sabemos, de momento se hace con células de donantes”, aclara Álvarez de Toledo. Además, si el paciente tiene alguna enfermedad grave en los dos ojos ya no puede ser fuente de células.

Pero la ingeniería celular está avanzando mucho. Las células madre pluripotentes inducidas (IPS) son un tipo de células que permiten coger cualquier célula del organismo y convertirla en una embrionaria. Son un tipo de células madre, derivadas artificialmente de una célula diana, capaces de generar la mayoría de los tejidos. “Se pueden coger células de la piel, por ejemplo, y convertirlas en células de retina”, explica Álvarez de Toledo. En Japón se está iniciando un ensayo clínico para el tratamiento de la degeneración macular que pretende crear retina artificial a través de la inyección de células IPS. A nivel de la córnea, existen numerosos grupos de investigación que analizan las posibilidades de estas células, e incluso se han realizado los primeros trasplantes a nivel de ensayo clínico. “Seguramente en un futuro no muy lejano ya seamos capaces de utilizar estos tejidos”, señala este oftalmólogo de Barraquer. Pero todavía queda camino por recorrer. Hace falta disponer de unas infraestructuras muy completas y se deben tener en cuenta las regulaciones legislativas, que prohíben experimentar con muchos tipos de células. Además, como explica Álvarez de Toledo, se necesita tiempo para poder valorar aspectos de seguridad a largo plazo.

Por todo ello, en la práctica clínica todavía no se utilizan córneas artificiales biológicas. Sin embargo, se ha avanzado mucho en el trasplante corneal. Los lamelares han supuesto una gran aportación médica. A pesar de que tradicionalmente se ha llevado a cabo la queratoplastia penetrante, que consiste en trasplantar la totalidad de la córnea, desde hace diez años es posible hacer uso de la técnica de queratoplastia lamelar, o lo que es lo mismo, trasplante selectivo. Consiste en trasplantar únicamente la capa de la córnea que el paciente necesita. Entre otras ventajas, esta técnica permite reducir en gran medida el porcentaje de rechazo y el tiempo de recuperación.

Asimismo, para la queratoplastia lamelar ya no es necesario que el donante tenga la totalidad de la córnea perfecta, ahora pueden utilizarse córneas con la capa endotelial dañada para trasplantes anteriores, por ejemplo. Incluso se puede utilizar una misma córnea para dos operaciones.

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