Más allá de los mitos que apuntan a lo pernicioso del producto, este alimento es más esencial para el organismo de lo que se cree.

Quien más y quien menos ha pensado alguna vez en armarse de valor e iniciar una dieta para eliminar aquellos kilos de más que tanto incomodan. Muchos han ido más allá y lo han llevado a cabo. Seguramente, lo primero que éstos hicieron fue eliminar el azúcar de sus comidas y, sin ser conscientes, cometieron un error.

Y es que el azúcar, tal y como señalan varios especialistas, es más bueno de lo que parece. Ya lo apuntaron las doctoras Carmen Gómez Candela y Samara Palma, ambas de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz, en su publicación Libro Blanco del Azúcar. En él se dejaba claro que este producto “puede y debe formar parte de nuestra dieta”. ¿El secreto?, no ingerir grandes cantidades, sino ajustar su ingesta en función del peso de cada uno y de la actividad física que realice.

Según ambas doctoras, el azúcar se comporta como cualquier otro carbohidrato, aportando cuatro calorías por gramo. Y éste, para sorpresa de muchos, no sólo se halla en los pasteles, helados o chocolates que tanto nos gusta consumir, sino que también está presente en las frutas, verduras, cereales y otros alimentos. En este punto cabe remarcar que no hay evidencia científica que asocie el consumo de azúcar con el desarrollo de la obesidad. 

Lo que sí está vinculado con el hecho de ganar kilos, tal y como aseguraban Gómez Candela y Palma, es un balance energético positivo, lo que significa llevar a cabo una ingesta energética superior a lo que requiere nuestro organismo. Y todo ello amenizado con una falta de ejercicio.

Es importante también diferenciar las grasas, en concreto las saturadas y las trans, de los azúcares. Éstos últimos aportan la mitad de calorías y, además, son menos nocivos para la salud.

Esencial para el cerebro

Existen varias razones que recomendarían no eliminar el azúcar de nuestra dieta. Pero una de ellas es fundamental: el cerebro únicamente es capaz de metabolizar para su buen funcionamiento este elemento y no otros nutrientes.

En este sentido, la EFSA, la Autoridad Europea en materia de Seguridad Alimentaria y Nutrición, recomienda que entre el 40 y el 60 por ciento de la ingesta energética diaria provenga de los carbohidratos, incluyendo azúcares y almidones. 

Adicción ‘sana’

Según algunos estudios, como el realizado en su día por la Universidad de Michigan, algunos malos hábitos aparecen cuando se llevan a cabo dietas restrictivas en azúcar y grasas. La falta de placer que comporta el hecho de apartar estos productos de nuestra dieta muchas veces es suplida por la adicción al alcohol o las drogas. En este aspecto, los expertos apuntan a que la ingesta de un trozo de chocolate diario sería suficiente para evitar la práctica de dichos malos hábitos.

En definitiva, y como todo en la vida, al final todo se reduce a un consumo coherente. Si uno ingiere azúcar con moderación no sólo no es malo, sino que es recomendable y beneficioso para su organismo.

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