El autocontrol periódico,  base para evitar complicaciones cardiovasculares

La constante información que diariamente le llega a la población sobre las consecuencias de un estilo de vida poco saludable va haciendo mella. Pero quizás se ha tardado demasiado en reaccionar. La buena noticia es que parece que algunos de los factores de riesgo cardiovascular como hipertensión e hipercolesterolemia, si bien no presentan una reducción de la prevalencia, pasan por un periodo de estancamiento. El tabaquismo es el hábito que más se está reduciendo gracias a las últimas medidas legislativas. Pero la obesidad y la diabetes tipo II, muy ligada a la primera, siguen siendo los dos grandes caballos de batalla. A una semana de la celebración del Día Mundial del Corazón, el próximo 29 de septiembre, los especialistas recuerdan que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de mortalidad en el mundo.

La herencia genética de cada individuo, la edad y el sexo son factores no modificables, no podemos actuar sobre ellos. Pero existen otros, como hipertensión, colesterol, tabaquismo, obesidad y sedentarismo, que se alteran con un determinado estilo de vida y con tratamientos específicos. De hecho, muchas situaciones podrían evitarse con un buen control de los citados factores de riesgo cardiovascular. Es importante, recalcan los profesionales de la salud, que todo el mundo se conciencie, y especialmente cuando se cumplen los 40 años, de que deben vigilarse periódicamente estos parámetros. El cardiólogo y director del hospital Clínic, Josep Brugada, lamenta que todavía falta impulsar la prevención. “Son muchas las personas que llegan a la consulta de urgencias porque han sufrido un infarto y resulta que nunca se han medido el colesterol, pero fuman, tienen sobrepeso y además son sedentarios”. Sin embargo, Brugada reconoce que ha habido un gran cambio conceptual. “Hasta hace unos años era el médico quien se responsabilizaba de la enfermedad del paciente. Ahora nos hemos dado cuenta de que una buena prevención se basa en concienciar al enfermo y hacerle partícipe porque, por mucho que le administremos un tratamiento, si no cambia los hábitos de vida no hay nada que hacer”, apunta.

En este sentido, desde hace años en muchas oficinas de farmacia se ofrece el servicio de autocontrol de indicadores biológicos, que permite conocer los valores de los principales indicadores  de riesgo de forma rápida y accesible gracias a una gota de sangre capilar. Bajo el nombre de “Rapid Control” llegó a las farmacias por primera vez en 1998 como “autocontrol de indicadores biológicos asistido por el farmacéutico”, los siete parámetros biológicos más habituales son glucosa, triglicéridos, y colesterol principales indicadores de riesgo cardiovascular, hemoglobina para la detección y control de anemias, GPT para el control del hígado, ácido úrico relacionado con la gota y creatinina como indicador del buen funcionamiento del riñón. El sistema pretende, por un lado, desenmascarar trastornos latentes y con frecuencia asintomáticos y, por otro, mantener un control periódico en aquellos casos de enfermos ya diagnosticados que precisen un seguimiento de la patología. La técnica que utiliza  para la detección es conocida con el nombre de Química Seca, caracterizada por una excelente precisión y exactitud a la vez que sencilla y rápida.

Los factores de riesgo cardiovascular transcurren sin avisar, y cuando lo hacen con frecuencia es en forma de infarto agudo de miocardio, pero son parámetros fáciles de detectar con un  buen control. Para el farmacéutico Antoni Torres “una de las labores del boticario es la de sensibilizar a la población en materia de salud y prevención, ofreciendo la posibilidad de llevar un control de forma periódica y más accesible”.

Artículo original en www.saludymedicina.org

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