El Colegio de Ópticos-Optometristas de Andalucía ha advertido este lunes, en el de inicio del curso escolar, de que alrededor del 30 por ciento de los alumnos de primaria en Sevilla podrían presentan resultados académicos negativos debido a deficiencias no detectadas en su visión.

Según la citada entidad colegial, a lo largo de la jornada escolar los menores someten su visión a un elevado número de tareas, como leer, estudiar, hacer deporte, utilizar ordenadores, jugar con videojuegos, etcétera. Esto supone, alertan, que sus ojos trabajen a pleno rendimiento durante toda la jornada. Pese a este dato, lamentan que solo el 25 por ciento de los andaluces en edad escolar evalúa su visión al menos una vez al año.

“Los dolores de cabeza, acercar demasiado el libro de texto o pantalla del ordenador, escozor y dolor ocular, entre otros, pueden ser indicadores de dificultades visuales que, si no son tratadas, pueden traducirse en malas notas o falta de atención del alumno en clase”, recalcan desde el colegio de ópticos, que señala que, “en numerosas ocasiones, esta actitud no es consecuencia de la apatía de los estudiantes, sino de algún defecto visual que les impide seguir el ritmo de las clases, atender a las explicaciones de la pizarra, leer con rapidez y estudiar cómodamente”.

De igual forma, desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Andalucía han criticado en un comunicado que “las revisiones que realizan a los menores bianualmente los servicios médicos en algunos centros educativos no son suficientes, ya que solo comprueban la agudeza visual del alumno en visión lejana, sin realizar pruebas que evalúen su rendimiento visual cuando estudia y realiza actividades en visión cercana”.

A juicio de Javier Rodríguez, delegado en Sevilla del Colegio andaluz, “estos reconocimientos, que son obligatorios hasta la finalización de Primaria, deberían implantarse en toda la etapa de escolarización y ampliar su frecuencia, siendo necesario un primer examen, realizado por un óptico-optometrista, al comienzo del curso y otro en las fases de mayor esfuerzo ocular”. En el segundo y tercer trimestre, agrega, “es precisamente cuando un problema de visión binocular puede aparecer”.

Tanto las anomalías visuales refractivas (miopía, hipermetropía o astigmatismo) como los problemas de visión binocular (fijación, acomodación, vergencias o movimientos oculares), no son enfermedades, sino defectos funcionales de la visión, por lo que su temprana detección y la consiguiente puesta en marcha de un adecuado tratamiento, ya sea con terapia visual, gafas o lentes de contacto, mejorarían el rendimiento de los alumnos para afrontar los retos que se le presenten en el actual curso escolar.

En este sentido, el Colegio de Ópticos andaluces se ha referido a la necesidad de que “los educadores observen la conducta de los alumnos para poner en conocimiento de los padres cualquier anomalía que pudieran detectar”. También es importante, continúan, “controlar la postura y distancia a la que los menores trabajan con ordenadores, que debe ser de unos 40 a 60 centímetros, y la iluminación del aula”.

Además, la entidad colegial aconseja la realización de un examen optométrico de rendimiento visual a todo niño que tenga un bajo rendimiento escolar y, en caso de padecer un problema de visión binocular, realizar un programa de terapia visual personalizado. A través de estos entrenamientos, se enseña al niño cómo tiene que ver o percibir, desarrollando las habilidades visuales no adquiridas.

PRINCIPALES SÍNTOMAS
Según el Colegio de Ópticos-Optometristas existe una serie de indicios que alertan de la existencia de posibles trastornos visuales en los niños, entre los que ha citado, un bajo rendimiento escolar, la falta de coordinación ojo-mano, la fatiga visual y la visión borrosa de cerca, eventual o continua.

También aluden a posibles dolores de cabeza sobre y/o a los lados de los ojos, salirse de los espacios al colorear un dibujo, un déficit de atención y concentración, problemas en la comprensión lectora o lectura lenta y en muchos casos guiada por el dedo.

Artículo original en www.saludymedicina.org

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